Que tuviera algo de lilas
mejor que tuviera un edificio de hierro
y luego, mejor, a qué sabe su sexo... que le dijera
y yo dormía,
me encontraba en otro mundo
ambivalente porque así lo quería
pero entonces su mano tocó mis costillas:
- anda, (me dijo al oido) invéntame un poema antes de dormir
como si fueras un abuelo y yo tu chimenea
como que yo soy el viento que mueve a las nubes
aunque ellas no quieran
y sin levantarme de la almohada giré hasta ese punto entre su cuello y sus hombros:
los rascacielos hm hm.. (aclaré mi garganta)
las rascacielos te buscan en las banquetas
yo te abrazo como esos cielos de una sola nube
me pego a ti, mira
cruzo los campos y crees que te traigo un ramo de lilas
pero no, mira
es una mordida
y la mordí...
(la fui mordiendo poco a poco hasta quedarse dormida).
