jueves, mayo 13, 2010

Por fin llegó esa nostalgia que desde hace tiempo veía venir, nostalgia de temporadas. De ver blanco cuando es invierno, y seco u olvidado cuando apenas será. De limpiar el lodo atorado en las suelas porque la planicie ahora es una inexplicable ciénaga. Pero de ver llegar todo eso con puntualidad. No torpemente, como ahora, que escurre la nieve del viento de ayer. Que hace sol pero los girasoles salen de noche. Que amenaza la nube pero a cuentagotas se sabe que el tiempo de lluvia no ha de volver.

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